jueves, 30 de mayo de 2013

CIENCIA FICCIÓN MEXICANA

Aquí os dejo un fragmento del texto que utilicé para la presentación del libro de Hermann Gil Robles, Los sueños de los últimos días. (el otro fragmento creo que me va a servir para un escrito más amplio).

El libro es este:
 
Y aunque es difícil obtenerlo más allá de México, los lectores de Barcelona podrán disfrutar de él en la biblioteca Sagrada Familia por gentileza del autor. 

El texto con el que yo trate de presentarlo es este:

"Cuando uno lee a un escritor nuevo, no tiene por qué hacerlo con los parámetros del autor. Lo hace con su propio bagaje bibliográfico sin que este tengan que ser compartido por el escritor.

Cuando leí Los sueños de los últimos días, novela del mexicano Hermann Gil Robles, les diré que me recordó a The Sandman, el conocido personaje de cómic. Pero también al Murakami de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, a Lovecraft por esas aventuras en el mundo de los sueños, al Neuromante de William Gibson por la idiosincrasia de los combates que se describen en el relato, y a Buñuel. Pese a que en una novela escrita en México que mezcla ciencia ficción con surrealismo eso tampoco sea sorprendente.

El peso de la historia del arte en el texto es sustancial. La trama se sostiene a partir de esa relación entre CF y surrealismo antes comentada. El Reparador de Sueños, el ser que trata de reparar el daño causado por los pintores surrealistas (en especial Salvador Dalí, personaje principal del planteamiento de la trama) durante la primera mitad del siglo XX, es asesinado. La trama, por tanto, es policíaca, con subtramas paralelas relacionadas con el contrabando de arte y las drogas, que permiten a la policía de los sueños patrullar por el río Onírico, uno de los espacios imaginarios en los que se desarrolla la historia.

Al acabar el libro, a uno le da la sensación de que le han explicado la realidad mexicana desde la ciencia ficción, el surrealismo y las teorías psicológicas. Y además, cuando uno observa que el texto está dividido en 12 capítulos, el número perfecto, percibe que eso se ha hecho desde una serie de estrategias simbólicas. Pero si también se ha hecho una lectura detenida, como la que yo he tenido que hacer para poder presentar este libro, tomando nota de los aspectos más peculiares de la narración, como la importancia de las drogas en la trama, las numerosas escenas de violencia, el papel de la policia en el texto, del sistema, de la represión, de la corrupción, uno se da cuenta de que la novela de Hermann no está tan lejos de la muy cacareada narconovela. Es decir, es una novela que explica la realidad de México desde una perspectiva simbólica sustentada en el surrealismo y la CF. La primera, una de las grandes tradiciones de las artes y las letras mexicanas, la segunda, una innovación del autor. Lo que da ese tono sugerente y personal al libro."

miércoles, 22 de mayo de 2013

La duna: Matías Crowder | SUB URBANO

Mi contribución de este mes a la revista Sub Urbano

La duna: Matías Crowder | SUB URBANO

1. Latinoamerica salvaje
Lo que más fascina a un lector europeo de la obra del argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899, Ginebra 1986) es que, habiendo adquirido este una solida formación en literatura europea, en especial después de haber vivido su adolescencia en Ginebra, una ciudad francófona en el corazón de Europa, Borges acabe fascinado por la figura del gaucho a partir de Martín Fierro, por los malevos que levantaron la Argentina, o por el indigenismo, como se observa en esa simetría perfecta que se lee en el relato «Historia del guerrero y de la cautiva». En ese cuento, incluido en El Aleph (1949), Borges narra la conversión de un guerrero bárbaro que acaba pasando a las filas del enemigo para defender a la civilizada Roma, y acto seguido explica cómo su supuesta abuela inglesa conoció a otra inglesa que se había vuelto india, la india rubia «arrebatada y transformada por este continente implacable» que es América. Esa precisamente será la conversión intelectual del vate argentino. De la culta y decadente Europa al salvaje latinoamericano. Con estos materiales recompondrá Borges la tradición occidental desde una especie de universo mítico y a la vez literario como son la Pampa borgiana y el arrabal lunfardo. Si uno investiga un poco, no es un proceso tan extraño en la Iberoamérica de la primera mitad del siglo XX. No en vano, esa admiración por lo salvaje en autores formados en la tradición artística europea se observa también en el movimiento antropofágico brasileño, de clara inspiración modernista y francófona, o en el Tropicalismo y la Bossa Nova. Y a nadie le extrañará oír que esa es una de las pulsiones que, junto a las vanguardias históricas, alimenta al realismo mágico. Pero es que ese espíritu no se circunscribe solo al siglo XIX, sino que viene de mucho más atrás. El poeta y escritor chileno Jorge Morales me habló hace poco del caso de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, militar español capturado por los indios mapuches en Chile en 1629. De aquella confinación entre indígenas nació la crónica Cautiverio feliz, y razón individual de las guerras dilatadas en el reino de Chile, en la que Pineda relata cincuenta años después de su captura, cómo fueron los seis meses que vivió entre mapuches. El mismo título indica que su autor quedó positivamente marcado por la convivencia con los indígenas, haciendo una encendida defensa del pueblo mapuche en las páginas de su escrito.

2. Indigenismo
Pues bien, ese espíritu de recuperación de lo salvaje vuelve a aparecer ahora, en los albores del siglo XXI, en la novela La duna, el último libro del escritor argentino afincado en Girona Matias Crowder (La Plata, 1973). En este caso, en clave indigenista, tal como leemos en las primeras páginas del libro cuando el autor escribe (p. 11): «siempre le ha sentado mal el traje de señorito, la pajarita, la rigidez del peinado a la gomina en un rostro salvaje como el suyo, la tez morena y la nariz ancha, rasgos únicos en el coro de niños del seminario italiano.» Una sabia reformulación de ese espíritu, combinada con la reflexión sobre las injusticias que el encontronazo de culturas que tuvo lugar en el continente americano supuso para sus nativos (enfermedades, burlas, sometimiento), tal como ejemplifica el rapto del indio Sabino, personaje que va a representar la justicia poética que necesita la historia para ser contada y donde no faltan elementos propios de la inmigración europea, como en los relatos de Borges. Curiosamente, una novela de rabiosa actualidad ahora que el recién elegido Papa es argentino, como Crowder y los indígenas que aparecen en La duna.

3. La duna
El autor utiliza la técnica del manuscrito encontrado, a través de un texto que el religioso de origen indígena anteriormente descrito, Ceferino Namuncurá, ha hecho llegar a El Vaticano. Con este recurso construye el relato de los indígenas que fueron maltratados por los primeros gobiernos de la Argentina independiente, y que son compensados por su incorporación al ejército con la colonización de tierras baldías en un paraje mítico al sur del país: Trenque Lauquen, en el que los indígenas pretenden iniciar una nueva vida y donde se entrecruzan los odios raciales y las envidias, arrasados por una duna que se mueve en forma de cruz y se lleva por delante todo aquello que pueda crecer, incluso la esperanza (p. 55): «es tanta su arena que forma una duna que quema los campos, mata los animales y siembra el temor en el alma de la gente». Una duna cargada de simbolismo y de maleficio. Un símbolo que transforma incluso al párroco que narra la historia, un francés nacido en París y ordenado en Buenos Aires al que «siempre le ha llamado la atención la sensación de vastedad al contemplar el horizonte del campo argentino, donde todo parece una nimiedad bajo la llanura infinita» (p. 33). Un personaje cuyo intelecto occidental se asombra del efecto devastador de una duna mágica. Señal mítica que el gobierno de la Argentina pretende racionalizar a golpe de sable, ciencia y tecnología sin éxito, obteniendo el resultado contrario: la indigenización de la población. Como también fracasa la abuela inglesa de Borges en «Historia del guerrero y de la cautiva», al tratar de volver a civilizar a la denominada india rubia, y como fracasa la Ilustración en el Caribe según observamos al leer las novelas de Alejo Carpentier.

4. Fin
En La duna nos encontramos una narración simbólica impecable, aderezada con elementos propios del realismo mágico e imágenes oníricas, que demuestra, como viera Borges, que lo verdaderamente interesante de la literatura en español vendrá de esa mezcla entre la tradición occidental y la visión del salvaje indígena. Es de ahí de donde puede surgir algo realmente novedoso en esta cultura que parece tan agotada a día de hoy.

martes, 21 de mayo de 2013

CON HERMANN GIL ROBLES

Os convido a todos el próximo jueves 23 de mayo a las 7 de la tarde a la presentación del libro del mexicano Hermann Gil: Los sueños de los últimos días. En la biblioteca Sagrada Família de Barcelona (Provença, 480).



Charlaremos con el autor sobre ciencia ficción mexicana, surrealismo, Dalí, Gaudí, y la realidad que vive el México actual.

Ejerceremos de presentadores Albert Rubio Costa y yo mismo. Y contaremos con la presencia del escritor mexicano Eduardo Ruiz Sosa.

Sois todos bienvenidos.

lunes, 20 de mayo de 2013

Recuerdo a Ian Curtis: Obituario #1

El pasado 18 de mayo se cumplieron 33 años de la muerte de Ian Curtis. De la mano de Míchel Noguera y la gente de Obituario, unos cuantos escritores (entre ellos, Javier López Menacho o Sergi de Diego Mas) hemos querido recordarlo:

Obituario #1

lunes, 13 de mayo de 2013

Dossier: Rayuela, un caos ordenado « La Junta de Carter

Dossier: Rayuela, un caos ordenado « La Junta de Carter

Acaba de nacer La Junta de Carter, una nueva revista con buenas vibraciones, mejores textos e intercambio cultural entre la Península Ibérica y Latinoamérica (en especial, con México). Y la que figura más abajo es mi contribución a este proyecto que recién comienza de la mano de Inma Aljaro, Pablo Esguevillas Garcia, Albert Rubio Costa, Eduardo Ruiz Sosa y Ernesto Jiménez (además de una nutrida nómina de colaboradores), un homenaje a Rayuela en su 50 aniversario.


Dossier: Rayuela, un caos ordenado

TABLERO DE DIRECCIONES: Este ensayo puede leerse como un texto cualquiera, es decir, de cabo a rabo, empezando por la primera palabra que sigue al número 1 y acabando por el final. También, puede leerse siguiendo la secuencia numérica que conforma la sucesión de Fibonacci a partir de los números que etiquetan cada fragmento. Dicha secuencia sería la que sigue:
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21
O, como diría Cortázar, el lector puede decidir leer los fragmentos que conforman el ensayo en el orden que sea más de su agrado. A fin de cuentas, se trata de un texto fragmentario.
1
Dos son los libros que aprovechan los hallazgos del Nouveau Roman y los aplican a un testimonio más o menos veraz, más o menos artificial, de la experiencia: La vida: instrucciones de uso, de Georges Perec y Rayuela de Julio Cortázar. Y lo hacen porque utilizan las técnicas de un movimiento literario que ya casi nadie recuerda (como son los flujos de conciencia o el desdén por la trama) para adaptarlas a la vida. Es decir, encontramos la experiencia existencial unida al recurso literario. En este sentido, ambos libros alternan de forma perfecta las dos exponenciales de la novela: experiencia y experimentación.
RECOMENDACIÓN: Vuelva a leer 1 (nunca está de más la relectura). Si ya lo ha hecho, pase a 2
2
La vida de Cortázar se sepulta entre libros, en especial en su infancia. Hasta los 30 años no publica nada. Sus primeros cuentos gustan del relato geométrico y lo fantástico, también de la gamberrada. Por entonces, su trabajo en la enseñanza le hará itinerar por toda la Argentina. Con 37 años se traslada a París, al parecer por razones políticas. Allí entrará en contacto con la cultura parisina con mayúsculas. Y también tendrán lugar sus episodios más pasionales. Solo regresará esporádicamente a la Argentina. En 1963, con casi 50 años, publica Rayuela. Ya tiene suficiente bagaje como para aunar esa geometría que tanto le gusta y el surrealismo francés a la experiencia vital y la gamberrada.
RECOMENDACIÓN: Pase a 3
3
Este ensayo, homenaje al autor de Rayuela, puede leerse de un tirón o seguir la estructura de una serie matemática muy conocida: la sucesión de Fibonacci. La sucesión de Fibonacci es una serie numérica muy extraña. Se define a partir del denominado problema de los conejos: Partiendo de una pareja, cuántas parejas de conejos obtendremos después de un número dado de meses sabiendo que cada pareja al mes tiene una nueva pareja de bebés, la cual no tendrá conejos hasta que sea adulta, lo que ocurre a los dos meses de nacer.
RECOMENDACIÓN: Pase a 5
4
Si se lee Rayuela al estilo tradicional, después según la secuencia numérica que proporciona Cortázar, y finalmente, con el orden (o el caos) que uno desee, sucede lo que afirma Morelli, el pensador que aparece entre sus páginas; que se trata de infinitos libros con infinitos principios y finales y con todos los fragmentos conectados.
5
La vida: instrucciones de uso se construye a partir de la idea de puzzle y de la capacidad de las piezas de un puzzle de combinarse de una forma única para construir un fresco del modelo real que pretende copiar. Ese modelo sería análogo en su construcción al de la geometría fractal, que aprovecha el carácter fragmentario de esta geometría para describir, de forma más correcta, relieves tan complejos como el de las costas terrestres o el del copo de nieve. En cambio, el modelo utilizado en Rayuela es el de la numerología. Y esa construcción estructural está hermanada con las series y las sucesiones numéricas. La sucesión de Fibonacci podría ser una de las secuencias válidas para leer Rayuela. Pero también podría haber otras. Cortázar decidió que, o bien él o bien el lector, estaban capacitados para decidir la secuencia numérica que debían seguir los fragmentos. Son topologías distintas pero interconectadas para describir algo tan complejo como es la existencia.
RECOMENDACIÓN: Pase a 8
6
Esa relación entre Rayuela y la esencia de las matemáticas que es la topología ya la percibió Agustín Fernández Mallo en Nocilla Experience, al comparar los capítulos de la novela de Cortázar con los teoremas fundamentales de la topología matemática.
7
La topología estudia la naturaleza del espacio geométrico y sus propiedades. Rayuela estudia la naturaleza de la novela como conjunto de capítulos y las relaciones que esos capítulos tienen entre ellos. Hasta Rayuela, esa relación era una pura concatenación de acontecimientos con cierta simetría en algunos casos. Con la novela de Cortázar se muestran todo tipo de relación entre capítulos y cómo estos transforman el significado de la trama.
8
Resulta curioso que de un enunciado tan abstracto y artificioso como el problema de los conejos de Fibonacci surga una serie numérica tan poco lógica a simple vista pero que tan bien se adapta a la naturaleza, ya sea para contar los pétalos de las flores, las ramas de un árbol o la genealogía de los machos de abeja. Por no hablar de sus nexos con el número de oro, el patrón de la belleza clásica para el ojo humano que podemos contemplar en la Acrópolis de Atenas o en la Pirámide de Keops. De la misma forma que resulta curioso que a partir de algo tan complejo como la geometría fractal, producto de la matemática del caos, puedan describirse geometrías tan complejas como las de las hojas de los helechos.
RECOMENDACIÓN: Pase a 13
9
Rayuela y la sucesión de Fibonacci están más cerca de la matemática del caos y de La vida: instrucción de uso que de las teorías deterministas de los matemáticos decimonónicos.
10
“A su manera este libro es muchos libros”, se lee en el Tablero de dirección que inicia el relato. Y lo cierto es que la numerología es fundamental en Rayuela. Sin los números tendríamos una sola novela. Con los números y sus secuencias tenemos infinitas. Esa concepción infinita de la numerología, que lo encierra todo, lo que ha sucedido, lo que va a suceder y lo que está sucediendo, es el espíritu del libro.
11
La rayuela es numerología, es cábala, es la serie numérica sin sentido que pretende explicar el mundo desde el azar de una piedra y el pie de una niña. El movimiento que en su repetición infinita describe el universo una y otra vez. Se trata de una explosión de significados con el mismo significante a partir de una lógica no racional.
12
“¿Es cierto que hay un ajedrez indio con sesenta piezas de cada lado?” (p. 736) pregunta Morelli. Y entonces Oliveira se imagina la partida de ajedrez infinita. En este sentido, Rayuela es la entrada a un universo infinito de piezas finitas. Un caos ordenado.
13
La novela, como la serie de Fibonacci, ha resultado ser una premonición de los desarrollos matemáticos de las últimas décadas, donde a partir de unas reglas y unos elementos básicos se pretende reconstruir el azar que nos envuelve.
RECOMENDACIÓN: Pase a 21
14
Dada la importante componente espiritual de Rayuela y su estructura numerológica, la novela es en cierta forma pitagórica, salvando el horror que los pitagóricos sentían por el azar y el caos.
15
El libro pretende incluso describir el más allá, como el Libro de los muertos tibetano que cita entre sus páginas, o como el pensamiento pitagórico pretendió al tratar de aunar matemática y religión.
16
Nada surge del vacío. Antes de escribir Rayuela, Cortázar ya había puesto en práctica, con resultados excelentes, técnicas propias de la literatura del absurdo como las series paralelas. En relatos como «Lejana», «Todos los fuegos del fuego» o «La noche boca arriba». Serán ejercicios muy útiles para acabar componiendo Rayuela.
17
De las series paralelas habla Gilles Deleuze en su libro, La lógica del sentido. Se trata de un mecanismo a partir del cual dos realidades que parecen disconexas se acaban entrelazando al final del relato. Se trata de otra manera de utilizar la numerología para componer un texto.
18
En La lógica del sentido Deleuze eleva a Lewis Carroll a los altares de la literatura del absurdo. En especial, por sus dos obras fundamentales: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo.
19
Carroll utilizó en sus relatos fantásticos un recurso propio de la literatura de humor: el sarcasmo. La ironía ante los descubrimientos de la matemática simbólica, contemporánea de Carroll, como la geometría no euclídea o el àlgebra no conmutativa.
20
Es curioso que de una crítica a la matemática de su época surja una narración que describa tan bien el absurdo que nos envuelve. Es curioso que de una topología tan azarística como la que subyace bajo Rayuela o La vida: instrucciones de uso, se pueda describir la existencia de una forma casi pitagórica.
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Los objetivos que se marca con Rayuela, los consigue Cortázar, además de con la secuencia numérica, con los personajes. La Maga, en su forma de percibir de forma intuitiva la sinrazón ilógica de la realidad, acaba resultando pura expresión de vida. Oliveira, en su afán de racionalizarlo todo, nunca logra alcanzar esa intuición. La lógica azarística de Rayuela se adapta a la vida arrebatada de sus personajes. A la Maga, a Oliveira y hasta a Morelli y sus morellianas. Ahí, en ese juego entre intuición e intelecto de los personajes que protagonizan la secuencia numérica, subyace la clave de Rayuela, de la misma forma que en la tensión entre un enunciado puramente abstracto y las notables aplicaciones del resultado matemático de la serie de Fibonacci o la geometría fractal subyace su potencia explicativa. Y de la misma forma que los pitagóricos no alcanzaron a comprender el todo mientras el juego del sarcasmo contra la nueva matemática de Carroll permite describir el absurdo. El caos es un orden.

lunes, 6 de mayo de 2013

BAGAJE Y MUNDO INTERIOR


Mucho se ha dicho del bagaje del escritor, de la necesidad de que viva experiencias únicas e irrepetibles para que su mundo interior crezca y construya un universo único, original e irrepetible.
Pero uno se lee todos los relatos que conforman El informe de Brodie, de Jorge Luis Borges, y primero reflexiona sobre el increíble universo literario de Borges, tremendamente original e irrepetible, y después lo hace sobre su vida, sobre sus experiencias únicas e irrepetibles, todas lectoras, y descubre que la realidad que subyace a la afirmación que iniciaba este post resulta un tanto paradójica.

Y lo digo porque los relatos de El informe de Brodie, todos magníficos, todos estructurados en torno a la figura literaria del doble y al enfrentamiento del duelo excepto los dos últimos (el que la título a la colección y “El Evangelio según Marcos”), reflejan a la perfección ese universo borgiano, al menos en parte. El universo que tan bien cultivara Borges desde sus textos fundacionales. El del gaucho, el del Martín Fierro, el del lunfardo, el de la Argentina cruel y salvaje (algunos de los textos que conforman el libro son de una atrocidad espeluznante).

Llevo años luchando contra mi borgismo. Por una parte me fascina la lectura de las obras del vate argentino. Cada uno de sus cuentos me parece una joya de incalculable valor. Por otra, apenas si trago al personaje de su autor, ese tipo altanero y elitista. Y sin embargo, entiendo perfectamente que Bolaño apelara a él para dar vida literaria a los personajes de la vida real que él había conocido. Borges era un maestro para dar aliento al papel.

Los relatos que conforman El informe de Brodie van por esa línea. Son unos textos que resultan tan redondos y tan creíbles pese a que fueran ajenos a él, como el mismo autor deja entrever en alguna de sus páginas. Por ejemplo cuando se lee que Trápani, en el relato "Juan Muraña", le dice: “Me prestaron tu libro sobre Carriego. Ahí hablás todo el tiempo de malevos; decíme Borges, vos, ¿qué podés saber de malevos?”. A lo que el narrador contesta con un escueto: “Me he documentado”.

Así, malevos y gauchos eran un universo desconocido por completo para él. Pero eso demuestra que en el milagro de la literatura, la creación de un mundo interior propio depende más del talento al narrar que de lo que pueda haber vivido el escritor. A fin de cuentas, Borges no conoció malevos ni gauchos. Sus personajes son por tanto de papel. Y sin embargo, imprimen una impresión tremenda en lector.