Aquí os dejo un fragmento del texto que utilicé para la presentación del libro de Hermann Gil Robles, Los sueños de los últimos días. (el otro fragmento creo que me va a servir para un escrito más amplio).
El libro es este:
Y aunque es difícil obtenerlo más allá de México, los lectores de Barcelona podrán disfrutar de él en la biblioteca Sagrada Familia por gentileza del autor.
El texto con el que yo trate de presentarlo es este:
"Cuando uno lee a un escritor nuevo, no tiene por qué hacerlo con los parámetros del autor. Lo hace con su propio bagaje bibliográfico sin que este tengan que ser compartido por el escritor.
El libro es este:
Y aunque es difícil obtenerlo más allá de México, los lectores de Barcelona podrán disfrutar de él en la biblioteca Sagrada Familia por gentileza del autor.
El texto con el que yo trate de presentarlo es este:
"Cuando uno lee a un escritor nuevo, no tiene por qué hacerlo con los parámetros del autor. Lo hace con su propio bagaje bibliográfico sin que este tengan que ser compartido por el escritor.
Cuando
leí Los
sueños de los últimos días,
novela del mexicano Hermann Gil Robles, les diré que me recordó a
The Sandman, el conocido personaje de cómic. Pero también al
Murakami de El
fin del mundo y un despiadado país de las maravillas,
a Lovecraft por esas aventuras en el mundo de los sueños, al
Neuromante
de
William Gibson por la idiosincrasia de los combates que se describen
en el relato, y a Buñuel. Pese a que en una novela escrita en México
que mezcla ciencia ficción con surrealismo eso tampoco sea
sorprendente.
El
peso de la historia del arte en el texto es sustancial. La trama se
sostiene a partir de esa relación entre CF y surrealismo antes
comentada. El Reparador de Sueños, el ser que trata de reparar el
daño causado por los pintores surrealistas (en especial Salvador
Dalí, personaje principal del planteamiento de la trama) durante la
primera mitad del siglo XX, es asesinado. La trama, por tanto, es
policíaca, con subtramas paralelas relacionadas con el contrabando
de arte y las drogas, que permiten a la policía de los sueños
patrullar por el río Onírico, uno de los espacios imaginarios en
los que se desarrolla la historia.
Al acabar el libro, a uno le da la sensación de que le han explicado
la realidad mexicana desde la ciencia ficción, el surrealismo y las
teorías psicológicas. Y además, cuando uno observa que el texto
está dividido en 12 capítulos, el número perfecto, percibe que eso
se ha hecho desde una serie de estrategias simbólicas. Pero si
también se ha hecho una lectura detenida, como la que yo he tenido
que hacer para poder presentar este libro, tomando nota de los
aspectos más peculiares de la narración, como la importancia de las
drogas en la trama, las numerosas escenas de violencia, el papel de
la policia en el texto, del sistema, de la represión, de la
corrupción, uno se da cuenta de que la novela de Hermann no está
tan lejos de la muy cacareada narconovela. Es decir, es una novela
que explica la realidad de México desde una perspectiva simbólica
sustentada en el surrealismo y la CF. La primera, una de las grandes
tradiciones de las artes y las letras mexicanas, la segunda, una
innovación del autor. Lo que da ese tono sugerente y personal al
libro."
No hay comentarios:
Publicar un comentario