martes, 11 de diciembre de 2012

ARTEFACTO FINAL

Finalizadas ya las presentaciones de Artefactos, presento aquí los textos en los que me apoyé para hacerlas, que son una referencia sobre mis influencias y mi proyecto. Lo hago por quien estuviera interesado en asistir y no pudo hacerlo (si es que ese hipotético lector o lectora existe).

Como las versiones en castellano y en catalán no coinciden, cuelgo ambas para que el lector decida:


PRESENTACIÓN DE ARTEFACTOS
1. QUIÉN SOY YO Y CÓMO HE LLEGADO HASTA AQUÍ
Y quién soy yo, Carlos Gámez, el autor. El debutante en este negocio siempre en crisis que es la literatura. Pues un tipo que hace ya muchos años (en 1993) finalizó sus estudios de física cansado. Cansado de tanta ciencia y con un hambre voraz por vivir, no precisamente en el plano teórico que postulan las ciencias, al menos la física. Y con 23 años y ese hambre voraz me tiré al camino, como los beatniks se tiraban al camino. Tantas eran mis ansias por vivir, por experimentar (no precisamente en un laboratorio de ciencias), que acabé dando con mis huesos en las cárceles de Nicaragua, y posteriormente en los calabozos de la antigua comisaría de la Policía Nacional, en Nou Barris, hoy de los Mossos. En ambos casos, como parece obvio, tras extrañas circunstancias. Pero al menos de la experiencia de Nicaragua saqué algo positivo: un libro, mi primer libro. El diario de aquellas extrañas circunstancias. Y algo no tan positivo: un adicción, la adicción a la escritura. Y descubrí este negocio siempre en crisis que es la literatura.

Fue tras volver de la experiencia carcelaria cuando me reencontré con las ciencias (y con su historia, y con las matemáticas). Pero esta vez no solo aprendía (historia de la ciencia), sino que también impartía la lección (de matemáticas, de física y química, de informática). Aquello no me disgustó (quizá me disguste más ahora, cuando llevo ya unos cuantos años dedicándome). No me disgustó porque me permitía percibir la componente humana de las ciencias (y de las matemáticas, y de la informática) gracias al conocimiento de su historia y al contacto con los alumnos. Y también a la interacción con las máquinas. Y a unas dilatadas sesiones de lectura en el tiempo libre que alimentaban la mencionada adicción.

El aprendizaje narrativo desde entonces ha sido lento (un máster de creación literaria incluido). Ha hecho falta reescribir y reescribir (en el fondo, siempre las mismas historias), leer mucho, crearse una bitácora para foguearse y hasta volver a jugar a videojuegos. En ese proceso descubrí qué era lo que yo podía aportar a este negocio siempre en crisis que es la literatura: el diálogo continuo que la ciencia y la tecnología tienen con la literatura y, por tanto, con los seres humanos. Y entonces me reconcilié con la ciencia (y con las matemáticas, y con la informática) después de muchos años. Y empecé a ver cosas en ella (y en las matemáticas, y en las máquinas, y en una ciencia-ficción especialmente interesada en el presente) que no había visto hasta entonces. Y me puse a escribirlo. Y también descubrí la mezcla entre ciencia-ficción, realismo y sátira que realizaban algunos autores. Especialmente, después de leer a Rodrigo Fresán y a George Saunders (y por extensión, al maestro de ambos: Kurt Vonnegut). Así, desde estos pilares, fue como empezó a surgir Artefactos.

Después tuve suerte. Porque el peso que la ciencia y la tecnología tienen en el panorama literario español actual no es el mismo que el de hace unas décadas, cuando yo empezaba a interesarme por ese negocio siempre en crisis que es la literatura. No. Hoy en día hay muchos autores interesados por la ciencia en España de los cuales yo destacaría a Germán Sierra, Óscar Gual y el Javier Fernández de “Cero absoluto”, También cabe mencionar a Vicente Luis Mora, Juan Francisco Ferré (flamante Premio Herralde) y, como es evidente, a Agustín Fernández Mallo, ganador de la primera edición del premio que hoy celebramos. El caso es que hasta el público general está interesado por la ciencia en España. Y me ha sido más fácil crecer y aprender en este contexto que si lo hubiera hecho hace una o dos décadas, cuando eran pocos los autores que aquí se interesaban por la ciencia o la tecnología. Si bien es cierto que cuanto más leo sobre autores españoles interesados en ciencia (autores españoles de ciencia-ficción, vanguardias literarias en la España de los años 60 y 70) más aprendo, la verdad es que yo he crecido intelectualmente con los debates y la obra de los escritores contemporáneos, mutantes o no. Es en este entorno donde ha nacido Artefactos.

Gracias a este aprendizaje que me ha llevado hasta aquí, he descubierto que las narraciones son sobre todo artefactos construidos para que el lector los descodifique y los textos que conforman Artefactos pretenden justamente eso. Se trata de un libro que se ubica en esa ficción literaria que algunos políticos denominan Unión Europea, actualmente en crisis como ese negocio que es la literatura. Curiosamente, los acontecimientos han hecho más actuales los textos que conforman el libro (la crisis financiera, las pensiones, el soberanismo, los problemas de identidad). Unos acontecimientos que se pensaron propios de un futuro próximo, desde la tradición de la ciencia-ficción más reciente. Pero el tiempo es un parámetro de difícil control. Precisamente, el tiempo es el elemento estructural básico de un artefacto. Y también es el elemento que organiza este libro, que se mueve en ese camino incierto entre la novela y el relato, y que es un libro de adicciones, como la mía a la escritura.


2. QUÉ SON ESTOS ARTEFACTOS
1. ¿Puede una videoconsola unir a dos solitarios? Desde luego, una jeringuilla puede hacerlo. Eso lo sabemos. Y el primero de los episodios de la novela lo que pretende es que lo haga un artefacto literario: el monólogo interior.

2. Todos los aquí presentes conocemos los productos de IKEA. Muchos de nosotros hemos perdido largas horas de nuestra vida en sus grandes superfícies, curiosamente, un puerto franco de todas las ciudades de Europa. Lo que tal vez nunca nos hallamos planteado, es que objetos como una lámpara de IKEA o un televisor nos comunican con el pasado, y no solo por su diseño. Eso es precisamente lo que se plantea la narradora de la segunda de las historias que conforman este libro. Cómo los electrodomésticos, en vez de borrar de nuestra memoria a los antepasados, los vuelven a traer con nosotros en esta Europa asolada por las guerras pretéritas.

3. Todos conocemos los “artefactos” habituales del sexo. Incluso sabemos que, gracias a la informática y las nuevas comunicaciones, se nos ofrecen infinitas posibilidades. Pero, ¿serían las máquinas capaces de permitirnos conocer todos los movimientos de nuestros seres queridos? Hay muchos campos de la ciencia de los que aún desconocemos tanto, especialmente de sus aplicaciones, como la computación cuántica. Con el apoyo del carácter cuántico del amor, de eso es de lo que trata el tercer texto, con el que más me identifico, de ahí su posición central en el libro.

4. Y los procesadores informáticos, ¿serán capaces de darnos unos poderes y unos conocimientos de los demás de los que hasta ahora carecemos? A fin de cuentas, los microchips parecen las drogas del futuro. Con las herramientas propias de la ciencia-ficción y las posibilidades técnicas que estas permiten, el cuarto pasaje del libro pretende mostrarnos el futuro que nos espera.

5. Todo esto es muy bonito hasta ahora. Puede parecer que los artefactos nos van a hacer muy felices en un futuro próximo (cosa que intenta desmentir el cuarto relato del libro). Incluso sabemos que algunas personas se identifican claramente con la tecnología de algunas empresas como Apple. Es gente fascinada por las nuevas aplicaciones tecnológicas. Sin embargo, ese exceso de identificación hace que a veces esas personas pierdan la perspectiva de otros artefactos más complejos como pueden ser las banlieue (los suburbios de las ciudades). A través del viaje y de la historia oral de los que emigraron a Francia desde Catalunya, la última de las narraciones del libro intenta plantear ese problema. 

PRESENTACIÓ D'ARTEFACTOS 
1. QUI SÓC JO I COM HEM ARRIBAT FINS AQUÍ
I doncs? Qui sóc jo? En Carlos Gámez, l'autor. El debutant en aquest negoci sempre en crisi que és la literatura, com en Guillem ens podria explicar.
Doncs un tipus que ja fa molts anys (al 1993) va finalitzar els seus estudis de física cansat. Cansat de tanta ciència i amb unes ganes ferotges de viure (ferotges com El Llop Ferotge d'en Jorge, i com en Bolaño, a qui tots dos admirem). Ganes de viure no precisament al pla teòric que postulen les ciències, almenys la física, que és una de les anomenades ciències dures. I amb 23 anys i aquestes ganes ferotges per viure, em vaig llençar al camí, com els beatniks s'hi llençaven al cami.
El cas és que tantes eren les meves ganes de viure, d'experimentar, no precissament a un laboratori de ciències, que vaig acabar descobrint diferents espais de la experiència humana sovint amagats, inclosa la presó. Això va ser a Nicaragua, com sembla obvi, després d'estranyes circumstàncies. Però ves per on, d'aquella experiència a Nicaragua vaig treure una cosa positiva: un llibre, el meu primer llibre. El diari d'aquelles estranyes circumstàncies. I també vaig treure una altra cosa, no tan positiva: una addicció, l'addicció a l'escriptura. I vaig descubrir aquest negoci sempre en crisi que és la literatura.
Va ser després de tornar de Nicaragua quan em vaig retrobar amb les ciències (i amb la seva història i amb les matemàtiques). Però aquesta vegada no només aprenia (història de la ciència), també impartia la lliço (de matemàtiques, de física i química, d'informàtica). Allò no em va decebre pas (tal vegada em decebi més ara, quan porto ja uns quants anys dedicant-me). No em va decebre per què em va permetre copsar la component humana de les ciències (i de les matemàtiques, i de la informàtica) gràcies al coneixement de la seva història i al contacte amb els alumnes. I també a la interacció amb les màquines. I a unes llargues sessions de lectura durant el temps lliure que van alimentar l'abans mencionada addicció.
L'aprenentatge narratiu des de llavors ha estat lent (amb un Màster en creació literària pel mig). Ha fet falta reescriure i reescriure (en el fons, sempre les mateixes històries), llegir molt, crear una bitàcoia per foguejar-se i fins i tot tornar a jugar a videojocs. Va ser en aquest procés quan vaig descobrir què era el que jo podia aportar a aquest negoci sempre en crisi que és la literatura: el diàleg continu que la ciència i la tecnologia tenen amb la literatura i, per tant, amb els èssers humans. I llavors, just en aquell instant, em vaig reconciliar amb la ciència (i amb les matemàtiques, i amb la informàtica) després de molts anys. I vaig començar a veure coses en la ciència (i en les matemàtiques, i en les màquines, i en una ciència-ficció especialment interessada pel present) que no havia vist fins llavors. I ho vaig posar per escrit. I també vaig descobrir la barreja entre la literatura de ciéncia-ficció i el realisme. Especialment, després de llegir en Rodrigo Fresán y en George Saunders (i per extensió, al mestre de tots dos: en Kurt Vonnegut). Així, per aquestes dues vessants fou com va començar a construir-se Artefactos.
Després vaig tenir sort. Per què el pes que la ciència i la tecnologia tenen al panorama literari espanyol en la actualitat no és el mateix que hi havia fa unes dècades, quan jo començava a interessar-me per aquest negoci sempre en crisi que és la literatura. No. Avui en dia són molts els autors interessats per la ciència a Espanya. A Catalunya encara més, doncs les tradicions europeísta i fantàstica sempre han tingut més bona salut. Inclús el públic general està més interessat per aquestes temàtiques. I m'ha sigut més fàcil crèixer i aprendre en un context així. Ben és cert que quan més llegeixo sobre autors interessats en ciència, com les noves veus de la ciència-ficció catalana (Jovani, Espasa, Calvo, Fco. Javier Pérez), o els clàsics moderns de la literatura fantàstica catalana (Calders, Perucho, Pedrolo, Monzó), se m'obren noves perspectives per futurs artefactes literaris. Per què precissament, gràcies a l'aprenentatge realitzat, he descobert que les narracions són sobre tot artefactes construits per que el lector els decodifiqui. Els textos que conformen Artefactos pretenen justament això.
Es tracta d'un llibre que s'ubica a aquesta ficció literària que alguns polítics anomenen Unió Europea, actualment en crisi, com aquest negoci que és la literatura. Curiosament, els aconteixements han fet molt més actuals els textos que conformen el llibre (la crisi financera, les pensions, l'independentisme i la identitat). Uns aconteixements que es van pensar propis d'un futur pròxim, des de la tradició de la ciència-ficció més contemporània. Però el temps és un paràmetre de difícil control. Precisament, és el temps l'element estructural bàsic d'un artefacte. A fi de comptes, el rellotge mecànic per mesurar el temps va ser el primer objecte que va construir la incipient cultura europea moderna, allà pel segle XIII. I també es la mesura del temps el que organitza el llibre, que es mou a l'espai incert entre la novel·la i el relat, i que és un llibre d'adiccions, com la meva a l'escriptura.


2. QUÉ SÓN AQUESTS ARTEFACTOS
1. Doncs el primer parla de drogues i videoconsoles. Més de drogues, aixó és indubtable. Però per què també parla del futur de les nostres pensions i per parlar d'això s'ha d'anar una mica dopat si un no vol deprimir-se.
2. El segon parla de productes d'IKEA. És una llàstima que aquesta empresa sueca acabés per no instalar-se a Girona. Tal vegada haguèssim pogut disfrutar d'una experiència paranormal com la que pateix la narradora principal d'aquest segon text. Tal vegada haguèssim retrobat algun dels nostres avanpassats i ens hagués relatat les penúries del passat i haguéssim aprés alguna cosa de tot aquell patiment (en el cas concret d'aquest conte, el patiment de les dones per culpa de les guerres), tot i que sembla que aprenem poc del patiment de èpoques passades.
3. Per parlar del tercer conte haig de dir que hi ha tants camps de la ciència dels que ho desconeixem tot! Com la Mecànica quàntica, una teoria que ens costa d'empassar, o la computació cuàntica, la seva aplicació a les computadores. Qui sap? En aquest desconeixement pot ser que no ens estem donant compte de coses increíbles. Com que l'amor podria ser de naturalesa quàntica. Això és el que esbrina el narrador de Cuento cuántico, i també que les coses no són el que semblen, sobre tot si les contemples amb els ulls de la inocència.
4. I que passaria si sustituíssim les drogues per l'electrònica? Com canviaria el món en aquest cas? Doncs no molt pel que sembla al quart text del llibre. Pel que allà s'explica, dóna la impressió de que les misèries humanes ens continuaran fent companyia. Una història en clar format de ciència-ficció i ciberpunk que descreu de la ciència-ficció i el ciberpunk.
5. Fins ara, la relació entre persones i màquines pot semblar complexa, però des d'un punt de vista positiu. No sempre és així. A vegades hi ha gent que s'identifica tant amb els artefactes propis de la tecnologia, que s'oblida d'altres artefactes més complexos, aquests de tipus social o conceptual, com poden ser les banlieue, els suburbis de les ciutats o els sentiments racistes. Són gent que perd el contacte amb allò que socialment anomenem realitat (una cosa que no sabem definir ben bé). Mitjançant el viatge i la història oral dels qui emigraren a França des de Catalunya, l'última de les narracions que conformen el llibre intenta solventar aquest problema des de la tradició de la literatura.

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