Un poderoso miembro del establishment
económico mundial tiene un efímero encuentro sexual con una
camarera en un hotel de nueva York y posteriormente es detenido por
violación antes de emprender vuelo de regreso a su país. ¿Les
suena la historia? Pues de eso es precisamente de lo que va la novela
Karnaval, flamante Premio Herralde 2012, del escritor
malagueño Juan Francisco Ferré (Málaga 1962). Autor tratado en esta bitácora por su trabajo en las relaciones entre ciencia y literatura. Sin género de dudas, su libro más
ambicioso hasta la fecha, aunque su carrera literaria no ha hecho más que ir creciendo de texto a texto.
Karnaval es algo más que una sencilla novela. En ella podemos encontrar
escenas pornográficas, como las que leíamos en su libro de relatos,
Metamorfosis. Y páginas repletas de sátira como la que
preside el argumento de La fiesta del asno, parodia del
terrorismo vasco y de los medios de comunicación. Incluso
encontramos esa influencia de los medios audiovisuales que tan
presente estaba en Providence (que ya fue finalista del
mismo premio en 2009 y en donde se puede leer un ensayo sobre cine imbricado en el texto). Hasta una autoparodia de la propia novela y del protagonista, DK (trasunto de DSK o Dominique Strauss-Kahn) y su discurso generalista y globalizador.
Karnaval se estructura en torno
a 45 episodios, al mas puro estilo de una serie de TV, intercalados
por un documental sobre DK producido al alimón por HBO y el Canal Arte europeo, en el que intervienen
las mentes más lúcidas de nuestra época diseccionando el caso del
protagonista.
Pero Karnaval es mucho más,
porque a partir de los recursos mencionados y esa inteligente
estructura, el libro le permite al autor hacer una brillante e
inteligente disección del mundo que nos ha tocado vivir. Se trata de
una novela revolucionaria (en forma y contenido), satírica, crítica,
sarcástica, filosófica, conspirtativa, analítica, incluso
podríamos hablar de un ensayo sobre el amor y el deseo. El mismo Ferré, un estudioso de la estética posmoderna, ha llegado a afirmar que esa estética debería ir superándose, no así sus contenidos. Con esta novela hace un sólido ejercicio para conseguirlo.
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