Si la experiencia mística es algo personal, inexplicable, ¿por qué se preocupan tanto los estamentos religiosos del poder político? ¿Por qué creyentes y no creyentes realizan el mismo ejercicio de proselitismo? ¿No es la religiosidad un acto íntimo, un enfrentamiento personal con la creencia propia, o con la no creencia, según el caso?
Ese interés por dominar a los que no sienten igual sólo muestra el afán humano por homogeniezar su entorno social.
Véase: http://historiaficticias.blogspot.com/2008/06/historia-y-poder-iii.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario