miércoles, 2 de mayo de 2007

Los críticos europeos al fanatismo religioso de algunas sociedades del siglo XXI, como Irán, Estados Unidos o Arabia Saudí, olvidan con gran facilidad el fanatismo que caracterizó el surgimiento de los estados-nación a los que pertenecen. ¿Es que ya nadie se acuerda de las cabezas que hizo rodar Cromwell, el puritano, en Gran Bretaña e Irlanda? ¿O de las feroces persecuciones de Calvino en Ginebra? ¿O de los enemigos políticos de Spinoza, que pretendían sacarlo de la circulación por ateo y judío en la hoy tolerante Holanda?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el libro que comentaba de Richard Dawkins, deja de todos mal y expresa casi más temor por el evangelismo de Estados Unidos. Claro que como biólogo evolucionista que és, todo el proceso norteamericano en contra de la teoría de la evolución llevada a cabo por estos grupos, le impresiona particularmente.

cgamez dijo...

Por tanto, es partidista. Tomo nota