Al final va a ser cierto que el hecho es el elemento lógico fundamental del mundo. Al menos lo es para los niños que empiezan a hablar. Para mi hijo, que va avanzando después de sus seis palabras iniciales.
Sin embargo, el avance no ha sido sencillo. Después de darle nombre diariamente a los objetos que le rodean. Después de jugar a sustentivar los colores de los coches. Después de observar que disfrutaba escuchándolo todo pero nunca repetía. En fin, después de pasear con él por la calle y seguir oyendo la palabra CACA a cada papelera que nos encontrábamos por el camino, decidí pasar a la acción. Más objetos callejeros: farolas y árboles. Las farolas casi siempre están frías (sobre todo en invierno). Son metálicas, conductoras. Los árboles no. Son de madera, aislantes. A cada farola parábamos, él la tocaba, notaba el frío y seguíamos. Idéntico procedimiento para los árboles, solo que sin frío. Y así se obró el milagro:
1) AROLA (versión infantil de farola) = FRÍO
2) BAUM (árbol en alemán porque la abuela de la criatura es teutona y también ha colaborado en este experimento) = NO FRÍO
Las farolas y los árboles dejaron de ser objetos para convertirse en hechos por obra y gracia de la mano de mi hijo. Después de esto, y de observar que esas seis palabras que siempre utiliza forman parte de su entorno, son seres u objetos que él toca o verbos de movimiento, lo comprendí: El tractatus.
Nuestras primeras palabras forman parte de los hechos que nos rodean. Así describimos el mundo. Al menos los niños que empiezan a hablar.
3 comentarios:
Utilizaré este comentario a modo de post extendido. Para no estropear la forma de la entrada. Debo añadir a lo dicho, que los neurólogos afirman que los seres vivos tenemos un sistema sensitivo más complejo y un centro que lo dirige como es el cerebro. Porque resulta fundamental para nosotros controlar el entorno. Algo que no sucede con las plantas. Quizás esa sea la razón de que percibamos antes los hechos que los objetos, tal como decía Witgenstein.
Hola otra vez:
Me disculparás que no hable de palabras en continuo cambio (Ta-óu por gato, tata por ombligo, etcétera), que provienen de otros jardines de infancia más próximos. Te dejo con dos enlaces que te pueden interesar, por la inevitable comparación entre mamíferos, pero sobre todo, por la enorme distancia de comprensión y su contrario, entre quienes manejan lenguaje y quienes están adquiriéndolo a toda prisa. Baum, quién lo diría. Un abrazo y hasta otra.
Inside a dog
http://www.nytimes.com/2009/09/13/books/review/Schine-t.html
Dog Brains
http://www.nytimes.com/2010/02/09/science/09conv.html
Hola Carlos,
Muchas gracias por los enlaces. como has podido ver en mi comentario expansivo, me interesa mucho el funcionamiento del cerebro de los animales y las causas de la construcción evolutiva de esos cerebros.
Abrazo.
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