Ciencia = Democracia = Secularismo = Capitalismo = Progreso.
Repasemos el caso a partir de una serie de puntos:
- Ahmadineyad, hasta el momento vencedor en los comicios, declarado integrista religiosos que niega el Holocausto así como la existencia de homosexualidad en la sociedad iraní (toma ya), no da precisamente la imagen de una persona abierta de mente. Es ingeniero. Está apoyado por las élites militares del país así como los sectores más conservadores del chiísmo.
- Precisamente, los militares tienen un gran interés en el desarrollo de la energía nuclear con fines militares y civiles. Por esta razón, las élites científcas, al menos las que se dedican a esta rama de la física y la ingeniería, también están de su parte.
- No podemos considerar que en este caso toda la comunidad científica se alinée con la democracia y el secularismo. De hecho, el poder religioso está muy interesado en el desarrollo del programa nuclear para hacer frente a Israel.
- Musavi, el candidato derrotado, actual líder de la oposición rebelde, está apoyado por los comerciantes conservadores y los clérigos reformistas.
- Musavi aboga por una república islámica donde los resultados de los comicios sean transparentes (democracia burguesa). Fue presidente de la Academia de Artes hasta presentarse como candidato. Es arquitecto. Gran parte de la comunidad artística está de su parte. Pretende una república islámica democrática abierta al mundo, especialmente al económico (capitalismo).
No debemos hacer lecturas ingenuas de la situación. Ni todos los científicos de Irán son integristas, ni todos los comerciantes o los miembros de la cultura demócratas acérrimos. Detrás hay una velada lucha por el poder entre los sectores económicos y los militares, cada uno con sus conexiones con distintos grupos religiosos (Jamenei vs. Rafsanyani). Es más, en el ámbito religioso se están jugando mucho más. Si la voluntad de Dios está en la participación popular (república islámica) o en la decisión del líder religioso inspirado por la gracia divina (modelo católico del estilo que le tocó las narices a Galileo). Pero no deja de ser interesante el papel de algunas ramas de la ciencia en esta crisis, sus relaciones con el poder, con el ejército y hasta con la religión.