Hace más de una semana en
esta discusión literaria ocurrida dentro del Diario de Lecturas de Vicente Luis Mora, una contertulia recordaba que una de las premisas de la novela fragmentaria es la idea de que "la realidad no puede ser narrada". Es cierto que ese es un de los puntales de la novela fragmentaria, y que lo que conocemos colectivamente por convención como realidad se está revelando algo muy complejo. Pero discrepo de que la realidad no pueda ser narrada. Ese es un concepto teórico hasta sugerente. Pero intenten explicárselo por ejemplo a
Valentino Achak Deng, el protagonista del último libro de Dave Eggers traducido al castellano, Qué es el qué (
What Is the What). La biografía novelada de un niño desplazado por la guerra del Sudán que por diversos azares acabó dando con sus huesos en EEUU. Atrévanse a decirle: Sí, tu vida ha sido un sufrimiento pero no me la puedes contar porque la realidad no es narrable. A ver que les contestan él y Eggers, que al parecer, ha intentado narrar esa realidad (inenarrable) de Valentino.
Otra cosa son las nuevas técnicas narrativas necesarias para explicar esa realidad compleja.
2 comentarios:
Estoy con tu discrepancia. Ya decir "realidad" significa introducir un sistema simbólico, casi en sí mismo una narración del mundo "conocido", no digamos si se contacta compara con otros ámbitos. Hace poco lo comentaba con un amigo, incluso la historia autobiográfica (quince mil páginas) de la vida de Henry J. Darger, -toda esa historia no infinita, sus pasajes-, son, sin duda, también fragmentos de lo que intentan recomponer. Creo que la fracturación narrativa que tanto se da ahora se debe más a códigos de montaje y a sucesivas variaciones que a una percepción de nuevo cuño; es verdad que surgen cada poco unas nuevas calidades de superficie de la experiencia, otras texturas, otra polirritmia, pero también hay una continuidad de la experiencia que no está obsoleta, en todo caso debería serlo el rechazo sistemático de los “tiempos muertos”, y la dificultad de su aprovechamiento en un entorno como el actual. Es curioso que se haya asumido así de bien la rapidez incesante del consumo pero no la extensión infinita del tedio.
Acabo de pensar que esto te puede interesar. El cómic está bastante bien, aunque no me parece, la verdad, que se pueda decir que no hay metáforas, especialmente si estás trabajando con dibujos, pero eso ya es otro asunto y mejor dejarlo así.
Un saludo y hasta otra.
http://concdearte.blogspot.com/2008/09/vuelta-al-cole.html
“Esta puesta de largo de Leandro, una desconcertante historia de chicas de extrarradio (urbana y contemporánea, pero no costumbrista, hay un extrañamiento deliberado) me ha resultado fresca, atrevida y personal, además de muy bien dibujada. También le he visto en una onda parecida a la de cierto cómic reciente, el de las nuevas generaciones que están entrando en el medio (no me refiero tanto a edad sino a intereses, procedencias y preferencias). Una onda que, francamente, tiene ya poco o nada que ver con el cómic tradicional, sea éste americano o europeo, y que, mejor avisarlo de antemano, no va a interesar demasiado a los puristas del flamenco. Bueno, mejor para ellos.
Me ha llamado la atención esto que afirma Leandro en la entrevista promocional, porque creo que dice mucho de su planteamiento e intenciones en este tebeo:
Temáticamente te alejas de los estándares habituales, ni es de género, ni autobiográfica...; te acercas a una realidad muy poco tratada: esas chicas no las he visto antes en los tebeos, aunque sí por la calle. ¿Es un retrato de la actualidad o una excusa para contar otras cosas?
Pues yo diría que no pretende ser un retrato social, pero sí que su intención es contar exactamente lo que se cuenta. Es decir, no hay metáfora. Lo que pasa es que los personajes y la historia se resisten a encajar en tres dimensiones, quieren quedarse a ras del papel.”(Pepo Pérez)
Entrevista completa, enlace:
http://astiberri.com/entrevistas.php?ident=5
El cómic me ha parecido muy interesante. Lo he localizado en una biblioteca cercana y en cuanto pueda me paso a buscarlo.
En cuanto a lo que dices, estoy muy de acuerdo contigo y me ha parecido esclarecedora tu exposición sobre la misma simbología del concepto realidad y las continuidades de algunos conceptos y técnicas textuales.
Curiosamente, ayer lunes comencé a leerme La luz nueva de Vicente, y en los rasgos característicos de la escritura pangeica me encuentro un dato que tu conocerás:
"Notas: continuidad, escepticismo, consumismo confiado. Vuelta de la ambición del todo, no entendido como Todo, sino como globalidad múltiple e instantánea."
Que a mi parecer, expresa de otra forma ideas que tú comentabas. Creo que Vicente también va detrás de ese Todo fragmentario pero unitario.
Pues eso.
Un saludo.
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