domingo, 19 de octubre de 2008

EL ASTRONAUTA, POPPER Y LA ECONOMÍA

Yo soy más de Kuhn que de Popper, que se va a hacer. Pero el astronauta, que es más cientifista que yo entre otras cosas por su profesión, me ha enviado este razonamiento desde el futuro que pretende ser una comprobación popperiana (falsacionista) de la economía como ciencia:

"1. La economía es una ciencia.

2. Por tanto, los postulados de la economía pueden ser falsables.

3. El enunciado "el mercado se autorregula sin que el estado necesite intervenir", fue uno de los postulados de la economía neoliberal tras el final de la Guerra Fría (1946-1989).

4. La crisis de las hipotecas basura y la necesaria intervención de los estados en los sistemas finacieros que tuvo lugar en 2008 en la Tierra (aunque ya había ocurrido algo parecido en 1929 y 1973 y nadie se acordó después) demuestra que el enunciado de 3 es falso.

5. La economía requiere de la política, lo cual nos lleva a una paradoja (la política, que yo sepa, no es una ciencia).

6. ¿Es, por tanto, una ciencia la economía?"

Hay que ver que cosas tiene el astronauta. Yo creo que pasa demasiado tiempo aislado en su estación espacial. Espero que el futuro le depare un poco más de acción.


6 comentarios:

Marina Culubret Alsina dijo...

Yo sí que estoy a años luz de esto... no soy filósofa, ni economista, ni política...
Ahí va lo que se me ha pasado por la cabeza al leer las reflexiones del astronauta.
A veces, hay una tendencia a generalizar o a despersonalizar sustantivos como mercado, política, estado, economía...como si fueran cosas externas a las personas, al ser humano. Creo que precisamente es lo contrario.
Aquello que dicen de que "fulanito" estaba en el lugar exacto y en el momento preciso e hizo tal acción. Creo que el engranaje i movimiento de estas grandes ruedas del mercado, estado..etc, está en un encadenamiento y confluencia de estas grandes o pequeñas acciones.

No sé si el astronauta me habrá entendido...la verdad...a veces aún estoy en la Luna...

Saludos de domingo
y buena entrada de semana,

cgamez dijo...

Hola Marina. Me parece que tus dos comentarios (éste y el de la entrada anterior) son muy lúcidos. Creo que entiendo lo que quieres decir. Que por mucha filosofía y demás teorías, al final, si hablas de economía, acabamos hablando de personas (un técnico nos marearía con la microeconomía y la macroeconomía) y por eso, por la subjetividad asociada a las personas, deberíamos hablar con más cuidado y no pensar en ciencias objetivas. Unos números estadísticos son unos números estadísticos (inflación, tasa de paro, crecimiento). Pero muy distinto le resulta eso al padre de familia que pierde su empleo, a la madre que no llega a fin de mes y no puede alimentar a sus hijos, a la familia que pierde su casa o, si nos ponemos aún más trágicos (desgraciadamente, se puede), a las mujeres africanas que no tienen dinero para alimentar a sus hijos. Ahí no hay fórmulas ni postulados que valgan, ni autorregulación.

Supongo que eso es lo que querías decir (sino, disculpa mi pobre interpretación). Estoy muy de acuerdo. Desgraciadamente, nos ha tocado vivir la época de la obsesión económica (desde Adam Smith y Marx hasta hoy) y no se cuando va acabar.

Un saludo. Gracias por los comentarios.

Marina Culubret Alsina dijo...

Sí, cgamez, es esto lo que quería decir :-)
Nos ha tocado ,como bien dices, la época de la obsesión económica...
Y ya que sale lo de "tocar"... sabes? una vez hice un concierto para una gente de Girona y alrededor, que estaban en el polo opuesto (una red de un centenar de personas que vivían -en el sentido económico- a partir del intercambio, y estaba muy bien organizado).
Es ir del blanco al negro, del macro al micro, (hacia una burbujita si así algunos lo ven) pero por unos momentos pensé acerca de esta obsesión que decíamos, que si realmente el objetivo es llenar el bolsillo o otra cosa más inmaterial, de ahí dentro.

Salut!
bon dimecres,

cgamez dijo...

Disculpa el retraso en la respuesta (líos, trabajo). Aunque creo que esta respuesta le pertenecería más a storia (en fin).

Comprendo lo que dices sobre los (micro)grupos que conviven en economía de intercambio. Pero a mí, esos colectivos siempre me han dado mucho miedo por su aislamiento con el mundo. Históricamente, después de una etapa idílica, esos grupos suelen dejarse dominar por las personalidades más fuertes del colectivo, a veces con personalidad tiránica. Sucedió con las comunidades Hippies norteamericanas durante los 70, y ya había sucedido con sus predecesores históricos, las comunidades cristianas primitivas que acabaron como todos sabemos, o con la Europa medieval o el Japón de las guerras civiles. Ocurre en algunas islas del pacífico (algunas pertenecientes a países occidentales) y hasta ocurrió en Groelandia (abusos sexuales, abuso de poder, utilización tiránica de este, uso de la violencia). La sociedades autosuficientes me asustan.

En esto sí le doy la razón a Popper: la sociedad, cuanto más abierta, más justa y mayor es el peso de la opinión pública.

El problema, me temo, es la explotación. Tú como concertista lo entenderás. Si uno realiza producción artística, requiere de un público capacitado que pueda comprender su obra (ese grupo de Girona mismo). Ese público necesita haber adquirido un nivel cultural a partir del aprendizaje. Eso no es posible en una economía de supervivencia que también tiene su cultura pero que realiza un aprendizaje básico para sobrevivir. Para tener tiempo y medios para que los miembros de la comunidad realicen ese aprendizaje se requiere un excedente, para el excedente se requiere explotación (humana, de recursos...). En mi opinión, ahí está el problema. Y no le veo una solución sencilla (tras el colonialismo se dijo que era mejor explotar los recursos que a las personas y mira en que situación nos hayamos ahora).

Desde mi perspectiva, a la sociedad abierta de Popper lo que le hace falta es una ética, unos valores éticos válidos para todo el mundo. Con la "muerte de Dios" cacareada por Nietzsche y los existencialistas, se habló mucho de que la ética no era necesaria, que sustentaba al poder. Ahora se observa que todos necesitamos de un código para sobrevivir como especie y sociedad. No es de recibo que un tipo le coloque una hipoteca a otro sabiendo que en dos años le va a embargar la casa porque no podrá pagar los intereses sólo a cambio de conseguir él mayores emolumentos. Eso no es ético. Al final todos nos vamos al garete por su egoísmo y el de las entidades financieras que no preguntan de donde viene el dinero (y eso es extensible al negocio de las armas, al de la droga y demás). Es curioso que lo países musulmanes, tan faltos de igualdad de oportunidades o de respeto a las mujeres pero donde no existe la usura, hayan sido los que mejor hayan soportado la crisis.

Un saludo. Gracias por introducir temas tan interesantes. Confío en que seguiremos hablando.

Marina Culubret Alsina dijo...

Parece que los "líos, trabajo" se contagian a través de la red...
(no he desaparecido)
Me gusta el tema que ha salido, y yo también confío en seguir poder hablándolo. De hecho tengo una ideas que me vinieron en relación a lo que escribiste, y a la que pueda les doy un toque con hilo y aguja y las escribo.

saludos matutinos,

cgamez dijo...

Seguiré atento tus bitácoras para leer esas ideas. No te me estreses. Saludos.