Siempre pienso que los demás, amigos y conocidos, no tienen la culpa de mis problemas personales, y por eso intento alegrarles la existencia, sofocar su ansiedad vital con humor, distraérles en su tránsito hacia la muerte. Aunque algunos sean unos auténticos cafres, o aunque yo también comparta esa angustia existencial, esa desesperación, pero lo disimule.
2 comentarios:
(he paseado un poco por tu bitácora y ,sí, el pasado ya me ha dado la respuesta que antes había lanzado sobre lo del título de este espacio)
Referente a lo que has escrito o escribiste el 17 de marzo, de acuerdo, y es que, no sé quien lo dijo, todo depende de con qué ojos se mire, y ahí cabe todo, los otros y nosotros.
Me cuesta, pero intento llevar a cuestas la consciencia de la breve e incierta existencia con una sonrisa.
A veces, más que cucaracha, me siento como un caracol feliz en medio de un paseo repleto de transeúntes que marcan líneas hacia arriba , hacia abajo... y yo añado mi línea, como no... :-)
(me he extendido un poco, lo siento..)
Saludos!
Hola Marina. Gracias por tus comentarios. Éste en concreto me ha gustado mucho. Y no, no creo que sobre absolutamente nada en tu metáfora. Es lo hermoso de la prosa, que se inicia con un pensamiento y después se va alargando. Y, si crece armoniosamente, como en el caso de tu comentario, se hace algo más grande.
Saludos.
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