Dice la leyenda que la estrella de Bolaño se enciende el día en que Jorge Herralde, tras la lectura de La literatura nazi en América, decide ponerse en contacto con él para preguntarle si tiene algún otro texto escrito. Bolaño dice que sí. Miente, apenas tiene un esbozo en la última entrada de La literatura nazi. Pero, ni corto ni perezoso, se encierra en su estudio en el carrer del Lloro, en Blanes y en poco más de un mes escribe Estrella distante, la primera novela de Bolaño con Anagrama y el inicio de un vertiginoso trayecto hacia las cimas de la literatura hispanoamericana desde la periferia.
La novela corta, que en palabras de su autor era: “una aproximación, muy modesta, al mal absoluto”, cuenta la historia de un supuesto escritor nazi: Carlos Wieder, el “infame”. Un poeta al que el alter ego del escritor, Arturo Belano, conoce en los talleres de poesía de Santiago que tanto frecuentara Bolaño.
En paralelo al golpe de Pinochet en 1973, Wieder asciende a las élites de la cultura chilena con una serie de actos performativos realizados con una avioneta, con la cual escribe poemas aéreos. Pero además, Wieder perpetra una serie de “actos culturales” especialmente crueles, que llegan a avergonzar a sus propios partidarios y que acabarán llevándose por delante a las musas de todos aquellos jóvenes que participaban en el taller: las hermanas Garmendia. De esta forma, y gracias también a las historias de otros personajes que se intercalan en el relato, la narración de las atrocidades de la dictadura de Pinochet se entremezcla con la tradición borgiana. Alta literatura para describir la realidad sin necesidad del realismo.
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