lunes, 2 de junio de 2014

AMOR POLÍTICO en Nagari

Durante los años de bonanza económica en España, la experimentación y las propuestas literarias más o menos internacionalistas coparon las nuevas publicaciones. Sin embargo, con la llegada de esta crisis que nunca acaba, dos son los temas que parecen ocupar a los narradores contemporáneos. Podríamos hablar de la Transición, de la crisis, del 15-M. Pero yo prefiero definirlo de forma simbólica, más que nada porque a fuerza de hacerlo más teórico, también obtengo una potencia explicativa que me permite incluir a más autores y también más apuestas estéticas en un mismo marco.
A mi modo de ver, los dos temas que ocupan principalmente la literatura hecha en España en estos momentos son:
  1. Ajustar cuentas con el pasado.
  2. Lo político.
Precisamente, estos dos temas, que no resultan excluyentes, son los centrales en la novela Amour Fou, publicada por Marta Sanz (Madrid, 1967) con prólogo del prestigioso novelista Isaac Rosa en La Pereza Ediciones, un sello radicado en Miami que está apostando por una literatura global en castellano y de calidad a ambos lados del Atlántico.
La novela, compleja en la interacción entre personajes, es en realidad y más allá de los temas, un ensayo sobre el amor (el título en ese sentido no engaña). Solo que se articula a través de Lala, ex niña pija okupa y actual profesora de matemáticas en un centro concertado felizmente casada, una narradora que acaba de sufrir el peso de la venganza (amorosa). Su relato se contrasta con el diario del supuesto vengador, Raymond, artista atormentado y antiguo amante, que en realidad es un informe minucioso de cómo funcionan los celos, cómo se forman las parejas y cómo cambian lo hábitos sexuales y emocionales de una generación (que es la mía). Este entramado se completa con otros dos personajes fundamentales: Adrián, el marido de Lala; y Elisa, la desequilibrada actual pareja de Raymond con una hija adolescente y una relación pasada y extraña con Adrián.
Proust nos enseñó que la clave del relato amoroso no es la pareja, sino el triángulo, que eso es lo que provoca los celos y el deseo. En una trama con dos parejas cruzadas como la de Amour Fou, más que un triángulo tenemos una estrella de David, con al menos dos venganzas de por medio. En esa tesitura, y tal como muy bien indica Rosa en el prólogo, la violencia va a estar a flor de piel. Pero no solo la violencia que se puede encontrar en la boca de los vengadores como se desprende de las palabras de Raymond: “Tal vez, lo que yo pretendo hacer con Lala es un secuestro. Lo cierto es que metería sus miembros descuartizados en una bolsa de plástico para que Elisa más tarde cocinara patas de Lala asada, paletillas de Lala con tomillo, Lalas fritas y dulces de Lala.” (p. 35). Sino la violencia intrínseca que siempre existe en las relaciones sentimentales (“la pasión surgida entre Adrián y yo había sido violenta y nerviosa” [p. 43]) y donde nunca hay vencedores ni vencidos, solo víctimas: “porque los celos son algo físico que impulsa los puños hacia adelante” (p. 54). En este sentido, la figura de Raymond es el chivo expiatorio que permite juzgar al lector la idílica relación entre Lala y Adrián de una manera cruda.
En una trama así, con una intensa y convulsa relación amorosa entre los dos narradores al salir de la adolescencia, resulta evidente cómo aparece el pasado en el relato. Lo político lo hace porque esa relación tuvo lugar en plena Transición o pos-Transición, en la década de los 80. Y toda narración que desde ese pasado se dirija hasta nuestros días, a diferencia de la literatura de la bonanza, debe atravesar ese campo de minas político que ha supuesto la crisis. Solo que Marta Sanz lo hace a partir de la psicología de sus personajes, mediante los cambios que se han operado en sus comportamientos amorosos (o mejor dicho, sexuales), que son un reflejo de los cambios que se han operado en los comportamientos colectivos de la sociedad española. Esta metáfora de lo social –y por tanto, de lo político— es lo que aporta el sello de la autora en una novela muy original.

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